Biodanza y Autoestima “Los Patitos Feos”

La autoestima es la capacidad que tenemos de valorarnos, querernos y aceptarnos a nosotros mismos. El desarrollo de la autoestima comienza en la primera infancia donde comenzamos a comparar nuestro “yo real” con un “yo ideal” y con las personas del entorno, con algunas de las cuales nos identificamos, positiva o negativamente.

Esta comparación entre el yo real y el yo ideal hace que todos nos sintamos como el patito feo del cuento clásico de Hans Christian Andersen, que para ser precisos no era ni pato ni feo, sólo era diferente a los demás.

La aceptación de las diferencias es, tal vez, el tema más importante de la psicología. Asumirnos y aceptarnos a nosotros mismos es el paso fundamental para la aceptación de los otros. Ese es el propósito de un taller como éste. Biodanza es un camino de integración afectiva donde la aceptación de las diferencias nos humaniza y nos ayuda a convivir.

La Urdimbre Afectiva: El amor y la Identidad

El complejo tejido de relaciones que vamos construyendo desde que nacemos hasta la edad adulta, es lo que Rof Carballo llamó Urdimbre Afectiva. Esa red afectiva es la base de nuestra identidad. Por eso los seres humanos no podemos ser tratados separadamente como individuos aislados, si no como seres biopsicosociales. Aquí radica la importancia de un abordaje como Biodanza, que nos propone un entorno grupal afectivo que permita reconstruir de manera integrada la urdimbre primordial. Por eso, frente a la pregunta ¿Por qué hacer Biodanza hoy? podemos responder: Porque en una sociedad que ha roto los lazos afectivos, de reconocimiento del otro, de empatía y solidaridad, es imprescindible reconstruir la urdimbre afectiva, no sólo para cambiar y sanarnos como personas, sino para poder reparar el tejido social donde todos vivimos.